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El avance de la deforestación en Colombia, algunas experiencias particulares

El 31 por ciento de la superficie terrestre corresponde a cobertura boscosa, de acuerdo con la FAO (2020), el 45% de esta se encuentra en las zonas tropicales y el resto, el 54% se distribuye en regiones boreales, templadas y subtropicales; sin embargo, el aumento poblacional a lo largo de los años ha hecho que se tenga que producir con mayor ritmo comida que satisfaga la alta demanda, por tanto, muchos de los bosques ha perdido partes importantes de su área ya que la frontera agrícola los ha desplazado, llegando a que desde 1990 hasta el año 2020, el mundo haya perdido 178 millones de hectáreas de bosques.



Tendencias de deforestación en la Amazonía Colombiana. Datos: UMD/GLAD, Hansen/UMD/Google/USGS/NASA, RAISG


Ante tal panorama y a pesar de que la tasa de deforestación mundial ha se ha ido reduciendo considerablemente cada década, en el año 2021, alrededor de 100 países se comprometieron a proteger al menos el 85% de los bosques del mundo al firmar la Declaración de los líderes de Glasgow sobre los bosques y el uso de la tierra de la COP26, entre estos mandatarios Iván Duque, presidente de Colombia (2018 - 2022) quien afirmó comprometerse a proteger el 30% de los bosques del país, esto con el fin de garantizar la calidad de vida para las generaciones futuras en el territorio nacional (Unrau, 2021).


A pesar de tales declaraciones, alrededor de 450 ingenieros forestales alzaron su voz ante el presidente mediante una carta abierta en la que manifiestan que no se ha hecho nada relevante hacia el cuidado de los bosques, pues, según ellos y verificando la legislación nacional, acciones como el Servicio Forestal Nacional que de acuerdo con la Ley 99 de 1993 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible debería estar en funcionamiento, a día de hoy no existe; por otro lado, las políticas implementadas actualmente favorecen el deterioro de la cobertura vegetal al no regular la práctica de minería tanto legal como ilegal (Dueñas, 2022).


Ahora bien, Colombia al localizarse en la zona tropical posee un alto porcentaje de bosques, incluida parte del área de la Amazonía, hecho que lo pone en una posición de alto interés a nivel mundial ya que asimismo posee gran diversidad en especies de fauna y flora que complementan, proporcionalmente al funcionamiento adecuado del medio ambiente nacional.


Desde 1966, con la aparición de los primeros frentes guerrilleros, hasta el 2006, con el final del periodo presidencial de Álvaro Uribe e inicio del periodo de diálogos con las FARC el territorio nacional boscoso tuvo cierto nivel de protección ya que estos grupos armados al poseer sus campamentos en estos territorios no permitía el acceso a personal civil o de instituciones de orden nacional; sin embargo, una vez firmados los acuerdos de paz e inicio del proceso de transición la cobertura de bosques se puso en peligro.


En el periodo de guerra, en el departamento del Caquetá, la dinámica colonizadora e intensidad del conflicto por parte de la presencia militar tuvo diversos efectos sobre la cobertura boscosa, logrando identificar tres periodos: el primero, de 1966 a 1974, donde el departamento perdió un aproximado de 5000 km2; el segundo, de 1974 hasta 1985 en donde se reportó una pérdida de 3000 km2 y finalmente un tercer periodo hasta 2006 en el que la pérdida de bosques solo fue de 2000 km2 (Ospina, 2022).


Por otro lado, en el departamento de Antioquia se ha identificado un riesgo de pérdida de biodiversidad en el área de influencia del Corredor del Oso Andino ubicado sobre la Cordillera Occidental, de acuerdo con Calderón-Caro & Benavides (2022) “la deforestación (162.37 km2) y la fragmentación (> 90 %) en el COA durante los últimos 19 años se concentran en las áreas más biodiversas, al interior y por fuera de las Áreas Protegidas”, siendo entonces necesaria la implementación inmediata de medidas de contingencia para controlar el avance del deterioro ambiental y la presión sobre los bosques de la región.


Finalmente, la cobertura vegetal en torno a las zonas de páramo puede considerarse bosque, esto teniendo en cuenta que alberga una carga importante en biodiversidad; conscientes de esto, las comunidades aledañas al páramo que rodea el volcán Cumbal en Nariño han volcado sus esfuerzos para identificar estrategias que permitan minimizar los impactos negativos que como especie humana pueden llegar a causar sobre el ecosistema.


Es así como Peréz Tapie (2022) en su trabajo de grado titulado Fortalecimiento del plan de acción y manejo ambiental en incendios de cobertura vegetal en el complejo de páramo Chiles-Cumbal lograron identificar que durante el 2020 y 2021 se afectaron alrededor de 1000 hectáreas de páramos por incendios, siendo afectada de manera directa la población de frailejones y pastos de paja presentes en áreas aledañas a humedales; asimismo, en las zonas en las que se presentaron incendios forestales realizaron un monitoreo constante evidenciando una alta tasa de recuperabilidad en periodos cortos de tiempo, por tanto, generando estrategias de educación ambiental hacia la comunidad indígena presente en este sector pudieron mantener la frontera agrícola y ganadera en su mismo punto.


Ahora bien, el panorama en general no es desalentador, si bien aún existen puntos críticos en donde la población aún insiste, por temas económicos o sociales en intervenir de manera abrupta los bosques, existen otros sectores donde la recuperación se ha elevado de forma significativa; por ello, es imprescindible buscar estrategias encaminadas en aumentar las áreas protegidas, elaborar e implementar de forma objetiva políticas públicas que regulen de forma más estricta el aprovechamiento forestal no solo para personas naturales sino también para personas jurídicas o empresas, ya que son estos quienes gracias a su nivel de ingresos económicos quienes pueden adquirir grandes extensiones de tierra y disponerlos a su gusto.


 

Referencias

Calderón-Caro, J., & Benavides, A. M. (2022). Deforestación y fragmentación en las áreas más biodiversas de la Cordillera Occidental de Antioquia (Colombia). SciELO Colombia. http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0124-53762022000100210

Dueñas, M. (2022, March 10). Más de 450 ingenieros forestales escriben carta a Duque alertando sobre los bosques. El Espectador. Retrieved May 1, 2022, from https://www.elespectador.com/ambiente/bibo/mas-de-450-ingenieros-forestales-escriben-carta-a-duque-alertando-sobre-los-bosques/

FAO. (2020). Evaluación de los recursos forestales mundiales 2020 – Principales resultados. https://doi.org/10.4060/ca8753es

Ospina, J. E. (2022). Los bosques del Caquetá y la relación con el conflicto armado colombiano. 1966 - 2006. https://www.researchgate.net/publication/359603622_Los_bosques_del_Caqueta_y_la_relacion_con_el_conflicto_armado_colombiano

Peréz Tapie, K. D. (2022, January 14). Fortalecimiento del plan de acción y manejo ambiental en incendios de cobertura vegetal en el Complejo de Páramo Chiles - Cumbal. Repositorio Institucional. https://repositorio.ucaldas.edu.co/handle/ucaldas/17351

Unrau, S. (2021, November 2). Bosques y cambio climático: Más de 100 países se comprometen a acabar con la deforestación en 2030. UN News. Retrieved May 1, 2022, from https://news.un.org/es/story/2021/11/1499362


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